Villa Concepción del Tío

MARÍA DEL CARMEN CELEBRA SUS 100 AÑOS, CON ESPERAZA Y TRABAJO

María del Carmen Montenegro, oriunda de Villa Concepción del Tío, explicó que le permitió llegar a cumplir el centenario, "trabajar toda la vida" y "no salir tanto a bailes y fiestas para cuidarse".

Por Isabel Fernández

En plena pandemia de coronavirus, María del Carmen Montenegro cumple hoy 100 años, sí, algo no tan habitual, pero más especial aún en medio de una crisis sanitaria mundial. Nunca vivió una situación como esta emergencia, pero celebra la bendición de su larga vida, extrañando el contacto físico con la familia.

En el Residencial"El Rosedal", ubicado en Pueyrredón 161, donde vive, seguramente habrá brindis y llamadas de su hijo Osvaldo, nietos y bisnietos que no pueden ir a visitarla por protocolo.

María llega a su centenario y en diálogo telefónico con  LA VOZ DE SAN JUSTO contó sus vivencias y recuerdos.

En un entrevista brindada a medio LA VOZ DE SAN JUSTOS, sostuvo que el secreto de una vida longeva es haber estado siempre activa, trabajó desde muy chica en casas de familia y ahora, en el residencial no para de hacer cosas: teje y hace labores manuales, pese a que recientemente fue operada de la vista.

"Trabajé toda la vida y creo que eso ayudó a que llegue a este cumpleaños, también que nunca salí mucho a bailes o fiestas, me cuidaba. A la iglesia iba cuando podía. No me puedo quejar de la salud que tengo a esta edad, puedo ver bien, no tengo lentes, además como todo lo que me gusta", contó.

 "No puedo estar de brazos cruzados. Mi madre le sacaba los hilos a los trapos y volvía a armarlos para hacer almohadones, yo también aprendí a hacer esos trabajos, ahora estoy haciendo uno, le saco los hilos y lo vuelvo a armar", detalló como se organiza para estar activa.

Una vida de trabajo

María nació en la Villa Concepción del Tío -"allá donde está la Virgencita", describe- en un hogar muy humilde, por eso no pudo ir a la escuela y comenzó a trabajar realizando tareas domésticas en casas desde los 13 años.

"Tengo guardada la tarjetita de mi Primera Comunión pero no sé leer porque mis padres eran muy pobres y no me podían mandar al colegio, vivíamos en el campo y no teníamos cómo llegar. Entonces trabajé en casas de familia, lavar y planchar era mi tarea siempre", recordó.

La necesidad del abrazo

Como muchos abuelos que están en los hogares y geriátricos, María pertenece al grupo de riesgo de contraer el Covid -19, extraña poder recibir el abrazo de sus familiares, ahora los ve desde la ventana por culpa de este virus que jamás imaginó.

"Tengo cinco nietos y cinco bisnietos, tres mujercitas y dos varones. No puedo verlos ahora por el coronavirus, nunca había pasado algo como esto en mi vida. Extraño que puedan venir a visitarme, los veo pero por la ventana y eso cuesta, pero seguramente esto pasará", aseguró con la sabiduría que dan los años.

Confesó que también extraña la posibilidad de salir a dar una vuelta por la cuadra como antes:"Ahora ya no se puede salir por esta peste que llegó".

María cumple cien años, un acontecimiento importante que merece darse a conocer. Hoy a la distancia y a pesar de no poder recibir el abrazo físico de los suyos, esta abuelita no deja de sentirse mimada porque después de todo, siempre es bueno celebrar la vida ¡Feliz cumple María!.

Fuente: La Voz de San Justo,
Redactora: Isabel Fernández

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