La fiscalía de Delitos Complejos de los Tribunales de San Francisco investigan por estas horas dos nuevas denuncias de abuso sexual. En una de ellas, la presunta víctima es una mujer en edad adulta, con algún tipo de discapacidad. En la restante, se trata de una joven en la actualidad que habría sido abusada cuando era niña y entrando en la adolescencia.
Ambas investigaciones son recientes y se receptaron las denuncias. Por el momento no hay detenidos para ninguno de los dos casos.
Meses atrás, el fiscal Bernardo Alberione, a cuya oficina llegan estos casos, explicaba que la cantidad de casos que se denuncian era “alarmante”, y resaltaba que el daño que cada uno ocasiona es “tremendo” e impacta tanto directa como indirectamente en el entorno familiar.
“Son constantes los casos y la respuesta que podemos dar es judicial, porque los casos denunciados son llevados a juicio y tienen condena”, analizó en su momento.
La fiscal del Ministerio Público de Acusación (MPA) fue Gabriela Lema que describió el contexto en que sucedieron los abusos como de violencia de género en el propio núcleo familiar. Las víctimas "estaban bajo su control a nivel económico, les restringía la libertad de relacionarse con otras personas, aislándolas del entorno social y controlaba sus comunicaciones”.
Los hechos ilícitos tuvieron lugar en diferentes viviendas en Sunchales en la zona rural, Seeber y Brinkmann.
“Abusó de su propia hija entre 2018 y 2020, cuando ella cursaba la escuela secundaria. En el marco de algunos de los ataques, le exhibió un arma de fuego y le dijo que si ella contaba algo sobre lo sucedido, él mataría a todos los integrantes de la familia”, precisó la Fiscalía. Según logró probar el MPA, en una ocasión de 2015 agredió sexualmente a su sobrina adolescente en un inmueble sunchalense en el que residían.
La funcionaria del MPA remarcó que “el atacante se aprovechó de la inmadurez de las dos víctimas menores de edad, de la convivencia preexistente con ellas y de que con frecuencia se quedaba a cargo de cuidarlas”. En tal sentido, señaló que “lo ocurrido tuvo entidad suficiente para afectar el desarrollo sexual de ambas adolescentes”.
Por otro lado, Lema afirmó que “entre 2008 y 2020, el condenado abusó de la mujer que en esa época era su pareja en un número indeterminado de veces, bajo amenazas de muerte”. Al respecto, expuso que “estos delitos fueron cometidos en los domicilios que habitó el grupo familiar, así como en lugares donde el imputado trabajaba como albañil”.
Por haber vulnerado a su hija, el hombre de 42 años fue condenado como autor de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, por haber sido contra una menor de 18 años con la que convivía y por el uso de arma de fuego; promoción de la corrupción de menores agravada por ser ascendiente, por la convivencia y amenazas, y amenazas coactivas.
En cuanto caso de su sobrina, la pena se le impuso por la autoría de abuso sexual simple agravado porque la víctima era menor de edad, por la guarda y la convivencia.
Por último, los jueces consideraron acreditado que cometió abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de la mujer que era su pareja.
El próximo lunes 9 de octubre dará inicio en los Tribunales de San Francisco el juicio por un caso de abuso sexual intrafamiliar en la ciudad de San Francisco, que tiene como único imputado y detenido a un joven de 23 años.
El imputado E. B. está acusado de abuso sexual de tres menores. Dos de su círculo familiar y de una tercera, que era su vecina en un barrio cerrado. Está detenido en el penal local desde el mes de noviembre de 2021.
Sobre el joven pesa la acusación de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración en el tiempo, privación ilegítima de la libertad, exhibiciones obscenas agravadas por la edad de las víctimas y promoción a la corrupción de menores agravada por la edad de las víctimas.
Según consta en la acusación, E.B., habría abusado de sus víctimas siendo él tanto menor como mayor de edad.
La violación grupal ocurrió en mayo de 2018 y la víctima había sido encerrada en una habitación cuando estaba alcoholizada y drogada.
En los tribunales de Rafaela, los letrados consignaron que los agravantes fueron la participación de dos o más personas y la presencia de un menor de edad en el grupo.
Quién recibió la pena más alta fue J. D. Goró porque no solo fue encontrado responsable por este caso sino que además fue hallado culpable de abuso sexual simple en perjuicio de otra víctima.
Durante el juicio también se anunció sobre los otros dos integrantes que estuvieron involucrados. El primero de ellos tenía 15 años al momento del ataque sexual y por este motivo no fue juzgado.
Mientras que el otro joven, mayor de edad, se encuentra en España y tiene un pedido de extradición vigente por la Justicia de Santa Fe.