Solidaridad

SARGENTO DE POLICÍA LE COMPRÓ ZAPATILLAS A UNA MUJER, CUANDO ESTABA DE ADICIONAL

Franco Gastaldi (32), sargento de la Policía de la Provincia de Córdoba, vivió un jueves diferente, casi sin buscarlo, su gesto hacia una vecina mientras cumplía tareas como adicional en la sucursal céntrica del Banco Córdoba, el que quiso que pase desapercibido. Sin embargo, El Periódico lo hizo conocer y los mensajes de felicitaciones y agradecimiento por su conducta se destacaron a lo largo del día en las redes sociales.

“Lo tomo como un gesto. Estaba en el interior del banco trabajando y esta persona ingresó, era una señora que debía sacar dinero del cajero”, comenzó contando Gastaldi, quien jura que no le gustan las cámaras ni los micrófonos.

El uniformado advirtió que la mujer se encontraba desabrigada en un día muy frío, con un calzado muy desgastado, en una semana de temperaturas bajo cero: “Cuando termina de retirar el dinero la llamo, le hablo despacio y le pregunto por su situación. Me dice que este dinero que sacó es para comer y que no le alcanza para otra cosa”.

A Gastaldi le llamó la atención que la mujer se encuentre desabrigada pero sobre todo su calzado que se parecía a una alpargata de verano: “Me dice primero que en la casa tenía otras zapatillas, creo que por vergüenza. Luego me aclara que no. Ahí le digo que vaya al negocio que está en frente del banco (venden calzado) y que se compre una que le guste que yo después iba y la pagaba. Me salió del corazón, puede ser tu mamá, tu abuela, ella se fue feliz, me agradeció y me saludó”, contó.

Por último, el sargento indicó que él y su mujer tienen trabajo, que pueden vivir bien y darse algún gusto y agregó: “Hay gente que no puede, otras que no ayuda por la situación económica. Nosotros si podemos ayudar lo hacemos”.

Fuente: El Periódico

MOCHILEROS SOLIDIARIOS QUIEREN UNIR MIRAMAR DE ANSENUZA CON MÉXICO

Un voluntariado en Miramar de Ansenuza llevado a cabo la semana pasada, unió los caminos de Ángel Grossi (34), empleado legislativo de la provincia de San Juan; Karen Sosa (31), trabajadora pública de la Municipalidad de San Isidro; Rodrigo Fernández (23), un enfermero de la provincia de Chaco; y Ezequiel Juani (38), empleado despachante de Aduana de Capital Federal.

Movidos por el deseo de realizar una travesía solidaria, los cuatro organizaron el viaje: partirían desde Miramar, el lugar que los hizo conocerse, y el punto de llegada sería México dentro de dos años. El objetivo: supervivencia, superación personal, pero también conocer e instruirse de la cultura de cada pueblo y ciudad de América que toquen a su paso. Pero no sólo eso, también se propusieron ir dejando una huella a través de acciones benéficas en las zonas más vulnerables que atraviesen, dejando donaciones y realizando trabajos voluntarios en pos de ayudar a los demás.

Con ideas claras, el objetivo firme, muchas ganas y convicción, el martes comenzaron a desandar el largo camino que los espera por delante. Ya pasaron por Balnearia, Marull, Villa Fontana y este viernes están llegando a La Para. Serán 8.700 kilómetros que se proponen transitar a pie, llegando a su meta en 2023.

La gente que los vio pasar se interesó por el desafío de los jóvenes aventureros y se van sumando, siguiendo su día a día a través de las redes sociales del grupo y apoyando con donaciones, ya que el grupo se solventa con los pequeños aportes económicos que reciben en cada lugar que pasan, otros les dan comida, agua o simplemente una palabra de apoyo por la gran meta planteada.

Para ayudarlos a ayudar, los interesados pueden enviar alimentos no perecederos y ropa en buen estado, a las distintas estaciones terminales de colectivos, donde retirarán lo que llegue y lo entregarán a las personas que más lo necesiten en cada punto del camino.

El trayecto contempla: Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Bolivia “y de ahí todos los países de la costa oeste hasta llegar a México”, explicaron en comunicación con El Diario del Pueblo.

Con un promedio de 15 a 20 kilómetros diarios, el grupo avanza a paso firme y sostenido, llevando solo sus mochilas, y durmiendo en carpas donde los agarra la noche.

Entre los trabajos que se proponen realizar en los pueblos, está barrer la plaza, pintar espacios recreativos, dejar las donaciones que vayan recibiendo.

Si bien al principio dar la noticia en sus casas, causó asombro y muchas preguntas, los jóvenes aseguran que sus familias los apoyan y acompañan en cada paso que dan, convencidos del objetivo de la travesía.

Para conocer más de esta historia y seguir el día a día de la travesía, como así también para sumar tu colaboración, seguilos en redes sociales.

Fuente: El Diario del Pueblo

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